martes, 22 de septiembre de 2020

(L)AZAR

"𝐺𝑢𝑎𝑟𝑑𝑒𝑚𝑜𝑛𝑜𝑠 𝑢𝑛 𝘩𝑢𝑒𝑐𝑜..."


Me llamó "chica del ladrillo visto" 
siendo él quién me convertía en monumento
y como no me gusta hablar de fachadas,
debo decir que lo mejor de él,
lo tiene dentro.

Yo, creyéndome poeta, lo llamé (l)azar.
Quizá por jugar con su nombre,
quizá por la cantidad de circunstancias imprevisibles
o fue quizá porque sin ser cuerda
 ̶n̶i̶ ̶t̶a̶m̶p̶o̶c̶o̶ ̶e̶s̶t̶a̶r̶ ̶c̶u̶e̶r̶d̶o̶
me sentía libremente enlazada.

Fue sus ganas de comerse el mundo
como si fueran palomitas,
que si era él quién las "miraba"
yo también me haría la rebelde y saltaría.

Fueron los dos lunares de su cara
las mil arrugas de sus ojos cuando sonríe,
su voz cantando carnaval
y su alergia a la uva
con lo bien que le queda el "vino".
Vino y no vuelve porque no se va
aunque yo por si acaso,
le protejo
su hueco.

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